Los fallos en la distribución eléctrica cuestan dinero, interrumpen los flujos de trabajo y, según los procesos afectados, pueden provocar graves daños o, en el peor de los casos, incluso poner en peligro la continuidad del negocio. Esto requiere soluciones que proporcionen continuamente a los operadores datos sobre el estado de una planta y permitan un mantenimiento predictivo basado en el estado.
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